jueves, septiembre 29, 2005

Falso amor a la Patria



He tenido la oportunidad de caminar entre las calles en este mes patrio (septiembre del 2005) y lucen llenas de colores, de banderas ondeando desde las azoteas de las casas, figuras decorativas en cada esquina, listones de tres colores en los cabellos de las niñas.
En la pantalla chica el ya muy conocido duopolio televisivo llenan los tiempos de comerciales con promocionales patrióticos, invitando a amar a la patria. El Estado se llena la boca diciendo cuanto ha hecho por la patria que tanto se ama, por esta nación independiente gracias el triunfo de los insurgentes que buscaban una nación libre y soberana a la cual entregarle la existencia.
Pero detrás de ese glamur de fiestas patrias se encuentra un país olvidado, lleno de miseria, de injusticias, con gente esclava. Pude observar como la mayoría de las personas el mero 15 de septiembre caminaba muy orgullosa cargando una bandera con mucho honra y gritando: ¡viva México!, pero no volteaba a ver a los muchos indigentes caminado como sombras, por las calles victimas de tanta desigual, de la falta de oportunidades, de tanta miseria. Ni si quiera se dignaban a ver a aquellas mujeres sin zapatos con sus hijos llenos de mugre con ropita rota que cubre sus desnutridos cuerpos. Y si a caso uno de aquellos marginados se les acercaba a pedirles una moneda, no podían ocultar su gesto de disgusto, de repugnancia o peor a un de una total indiferencia.
Y yo me pregunte: ¡¿de que sirve tanto mal fingido patriotismo, tanto supuesto amor a México; cuando no podemos ni siquiera conmovernos por la desgracia de tantos miles de mexicanos con hambre, con frió, enfermos, con sed de justicia; cuando hay una parte importante de la población que por confort finge que en este país no pasa nada; cuando existen capaz de la clase media y por supuestos las clases altas que son altamente reaccionarias?!
Y vi con tristeza que muchos, se sienten mexicanos solo en septiembre y que al guardar sus banderas se les olvidan que es México, que es ser mexicano, que es el amor por la nación mexicana.
Y las televisoras, son peor que un enemigo de guerra, se la pasan con bandera de magnánimos, por ser promotores de los valores y por ser generosos con el pueblo mexicano. Pero en realidad no son que vividores chupa sangre. ¿Y que hacen los dueños de estas empresas? Pues nada más que tratar de engañar a la población con noticias falsas o engañosas para tratar de tener “controladas a la masas” para beneficio del Estado, de hacer tratos con los politiquillos de quinta para ocultar información, solapar a los genocidas que tanto tan lastimado al pueblo, de atacar a las luchas sociales, que tener acuerdos para concesiones millonarias a cambio de favores publicitarios, por ejemplo ese asunto de los casinos, de tener arreglos con gente relacionada con el hampa. Y aun se podría seguir nombrando más de sus “negocios”. Pero a pesar de todo ello tienen el descaro de decir: ¡Nosotros como amamos a México!
Y falta el peor de todos, el más cínico, el que no tiene escrúpulos, el que se ha encargado de aniquilar al pueblo mexicano; el que ha vendido los recursos naturales que pertenecen a todos para beneficio de capitalistas mexicanos y extranjeros, es decir para el beneficio de muy, pero muy pocos y muy pero muy ricos; el que a provocado tanta desigual, injusticia y miseria; el que tiene oprimida a la población más vulnerable. Ese es el benefactor y magnánimo Estado Mexicano es el que tanto daño ha hecho a la patria, pero el que más se llena la boca diciendo lo contrario.
El que el 15 de septiembre brindo y festejo a un México independiente, que ellos mismos lo han hecho cada vez más esclavo.
Que el 16 de septiembre se ensalzó mostrando el poderío militar que esta al servicio de la nación, mismo que después de desfilar alegremente es el encargado de someter, torturar, atacar y aniquilar al pueblo.
Que el 19 de septiembre se mostró conmovido, por los muertos y afectados por el terremoto del año de 1985, pero por otro lado, niega ayuda los que se quedaron sin familia y sin cosas materiales. Y descaradamente se viste de luto cuando sabe que muchas estructuras están dañadas y que si hay otro fenómeno igual, puede pasar lo mismo, pero no hace nada para remediarlo.
Y seguramente el 2 de octubre fingirá sentir desprecio por lo ocurrido en el año de 1968 y prometerá aclarar todo, cuando sabe perfectamente quienes fueron los asesinos, pero no dice nada. Y el 20 de noviembre celebrara el triunfo de la Revolución Mexicano, mientras por otro lado se encargan de sepultar los logros por lo que lucharon miles de mexicanos.
Y así volverá otro año y otro septiembre en que muchos fingirán amor a la patria, y se nombraran promotores de la igual y la justicia pregonando valores nacionales.
Pero creo y espero que existan más que vean que amar a la patria no es poner una bandera en la azotea o vestirse de colores. Amar a México es más que eso, es buscar y defender la libertad y la igualdad de todos.
Es necesario dejar atrás el racismo y el sectarismo, abrir los ojos ante los que pretenden engañarnos, así como alzar la voz contra los que quieren dañar al pueblo mexicano. Es importante no dejarnos llevar por los que presumen ser hijos selectos de la patria. Los verdaderos mexicanos son el pueblo trabajador y combatiente contra el Estado opresor, el mismo Estado neoliberal y su falsa democracia burguesa.

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