lunes, diciembre 22, 2008


MÉXICO, EN LA HORA DE LA CRISIS

Tomás Oropeza Berumen

México, 21.12.08.- La franca caída de la economía capitalista en lo que parece ser un pozo sin fondo en el corto plazo, es ahora el escenario de la lucha entre trabajo y capital.
Aprovechando la casi nula capacidad de defensa de trabajadores, campesinos e indígenas pobres la clase capitalista y sus gobernantes están avanzando en la imposición de sus intereses en detrimento de las mayorías.

Estamos viendo como - hasta hoy- el capital esta ganando la partida para crear las condiciones para la recuperación de la tasa de ganancia, cosa que se logrará mediante una reestructuración de las condiciones de producción y de la relación entre capital y trabajo, pues este sigue siendo el único factor creador de valor y plusvalor, aún bajo el capitalismo neoliberal.

El atolladero en que se encuentra el sistema capitalista esta demostrando claramente que su versión salvaje no funciona y que la intervención del Estado es una necesidad para salvar la banca y la industria, como en EU, donde G. Bush ahora trata de mantener a flote la industria automotriz, buscando evitar que la crisis se extienda al conjunto de la sociedad norteamericana y al mundo entero. Esfuerzo inútil, desde nuestro punto de vista.

La crisis en México

Hoy el desempleo se esta extendiendo rápidamente y el gobierno de Felipe Calderón le impone a los trabajadores condiciones de explotación y de vida más duras, con la complicidad de la izquierda domesticada y el sindicalismo neocharro. Y también ante el silencio de la izquierda que se dice independiente.

El incremento al salario mínimo aprobado hace unos días de 4.6% (2.32 pesos, con lo que no alcanza ni para una pieza de pan) mantendrá el mini salario, marco de referencia para revisiones contractuales, en 54.80 pesos en la zona A; de 53.26, en la B y de 51.95 en la C. Esto mientras la inflación calculada por el gobierno es de 6.23 %.

En el país se esta dando un intenso proceso de proletarización y empobrecimiento. Según datos de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STyPS) hasta octubre los incrementos saláriales estuvieron 1.59% debajo de la inflación.
Por cada 5 trabajadores que perdieron el empleo, un pequeño patrón dejó de serlo y se precipitó a las filas del proletariado. Siendo el número de patrones proletarizados 58, 775 y el número de trabajadores lanzados a la calle, 251, 063.
Si calculamos que por cada trabajador dependen 5 personas, los afectados por el desempleo serán 1 millón 255 mil 315 personas, en ese lapso.

Según la misma fuente 103 mil 670 personas se agregaron a los que trabajan sin recibir un salario, que viven de las propinas y limosnas.

Una consecuencia del desempleo y los bajos salarios es la mora en el 10% de los pagos de los créditos bancarios, que en promedio es de 3.31%, pero que en determinados bancos alcanza niveles más elevados. Así lo demuestran los casos de los usureros Banco Amigo (35.93%); Bancoppel (18%) y Bancofácil (14.83%); HSBC (12.15%) e Invex (11.97%)

Por lo que se refiere a la mora en el pago de las tarjetas de crédito, la media nacional es de 9.91%, pero hay casos alarmantes que reflejan la difícil situación de sectores del pueblo que rápidamente se están empobreciendo aún más de lo que ya lo estaban: Azteca, 30.22%; Mifel, 22.56% y Bancoppel, 18.05%.

La Comisión Nacional de la Bolsa de Valores reporta el grave crecimiento de la cartera vencida por un monto mayor a 41 mil 254 millones de pesos; 13 mil 577 millones de pesos más que hace un año. Siendo la cartera vencida total 55% y se reporta una demora por un monto de 67 mil 76 millones de pesos.

También las familias de quienes se han ido a trabajar en EU, están comenzando a padecer las consecuencias de la crisis en aquél país, pues en este año se ha registrado una disminución de las remesas por 400 millones de dólares siendo el total recibido de unos 20 mil millones de dólares (mmdd)

Por su parte los inversionistas externos a los que siempre el gobierno ha tratado con toda clase de privilegios, retiraron en octubre 22 mil 190 millones de dólares (que estaban invertidos en la especulación) cifra que se agrega a los 18 mil 277 millones de dólares gastados para “evitar” la devaluación del peso, que de todos modos ha sido del 26%.

La caída en la producción industrial, que es una de los síntomas de la recesión que no ve el secretario de Hacienda Agustín Carstens, hasta octubre había sido de 2.7%, según las cifras maquilladas del INEGI. Los principales sectores de la actividad industrial se desplomaron. Minería, 5.2%; Construcción, 2.9%; Industria Manufacturera, 2.2% y electricidad, agua y gas, 0.2%.

Se perdieron 80 mil plazas de octubre a diciembre en las 40 mil empresas dedicadas a la industria, comercio y servicios. En el estado de San Luis Potosí, desaparecieron 1, 200 puestos en noviembre.

Toda esta situación esta aumentando la inconformidad del pueblo mexicano, que si bien hasta ahora, inmerso en la modorra navideña, víctima de un alud de mentiras religiosas, comerciales y políticas, no ha reaccionado.

Pero los que por ser la clase dominante, responsable de la situación actual, los patrones, banqueros y demás parásitos han comenzado a manifestarle su malestar a Calderón, el presidente de facto impuesto con el fraude electoral del 2006.

La semana pasada el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) Armando Paredes Arroyo, ante la catastrófica situación económica y social del país demandó a Calderón que convoque a los sectores productivos y al Congreso para que defina una estrategia clara para enfrentar lo que ellos llaman una crisis financiera.
En esta demanda también se unieron las cofradías patronales Coparemex, Consejo Nacional de Hombres de Negocios, Concanaco, Concamín y los charros del Congreso del Trabajo.

Y es que la cosa esta que arde según la Comisión Económica para América Latina (Cepal) que prevé un desempleo en México de unos 380 mil trabajadores para el año entrante.

Por lo pronto el paro de la industria automotriz en EU esta repercutiendo en México con el cierre de 14 empresas proveedoras de GM en el estado de san Luis Potosí.

Y aunque George Bush en unas semanas dejará la Casa Blanca, logró un apoyo para las automotrices por un monto de 17, 400 millones de dólares, que según uno de los directivos automotrices “es una gota de agua en el desierto”, que sin embargo será un poco ortodoxo esfuerzo del Estado para impedir el hundimiento de los iconos del capitalismo: GM, Ford, Chrysler, etc.

Todavía falta mucho por ver lo que ocurrirá en la catástrofe que estamos comenzando a vivir, que también es una oportunidad para cambiar el sistema socioeconómico, como se lo están planteando los obreros y estudiantes griegos, que llevan ya dos semanas levantados contra el gobierno neoliberal del conservador Costas Caramanlis.

Una noticia alentadora que llega de la Unión Europea es la derrota del Consejo de Ministros a manos de los sindicatos obreros y parlamentarios que se opusieron a la imposición de la jornada laboral semanal mayor a 48 horas. Los representantes del capital con mentalidad decimonónica querían jornadas hasta de 65 horas semanales. Y que a médicos, bomberos, etc., no se les contabilizaran las horas de guardia como tiempo laborado. La pretensión era tan desmesurada que no prosperó.

El capitalismo es un sistema caduco desde hace muchas décadas, pero si no existe una fuerza revolucionaria que lo derrumbe y sustituya por una organización de productores libremente asociados, termina por reorganizarse e imponerse mediante la violencia la dictadura del capital al conjunto de la sociedad.

La coyuntura que hoy vive el mundo no será la excepción y el dilema sigue siendo revolución socialista o barbarie capitalista.







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