lunes, noviembre 29, 2010


LA DÉCADA INFAME

Tomás Oropeza Berumen

2010-11-29.- Diez años de gobiernos del Partido Acción Nacional -y casi tres décadas de neoliberalismo-han llevado al país a la quiebra económica y el estallido de una violencia social destructiva y sin más horizonte que la reproducción del sistema socio económico de capitalismo salvaje.

Este domingo, al celebrar en el Auditorio Nacional ante las cámaras de televisión y un público acarreado por los programas sociales del populismo de derechas los cuatro años de su gobierno (de facto) y diez de panismo, Felipe Calderón dibujó un país alucinante y producto de sus fantasías, donde los salarios recuperaron su poder adquisitivo; la crisis está siendo superada exitosamente; se redujo la pobreza extrema en una cuarta parte; se está ganando la narcoguerra y se avanza para que en el año electoral 2012 todos los mexicanos gocen la cobertura del Seguro Popular.

Todo un espectáculo para las cámaras del canal de las estrellas y televisión azteca, como la boda del gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, candidato del PRI a la presidencia.
En el México real, la crisis económica sigue generando más pobreza para millones de mexicanos y al mismo tiempo concentración de la riqueza en el pequeño grupo de grandes capitalistas que están detrás de la silla presidencial y que deciden el futuro del país con su poder financiero.

Empero, también hay sectores de la clase adinerada que no confían en el optimismo de Calderón y desde hace cuatro años se ha dedicado a sacar del país sus capitales para invertirlos en negocios o depositarlo en bancos extranjeros.

Según el Banco de México, entre enero y septiembre pasados por cada dólar de inversión extranjera directa en el país, los empresarios mexicanos se llevaron dos. Y desde diciembre del 2006 en que Calderón fue impuesto en el poder mediante un golpe de estado técnico, hasta septiembre del año en curso, han sido retirados del país 55 mil 503 millones de dólares.

Es fácil apreciar el creciente grado de desconfianza de un sector de la burguesía mexicana ante el futuro de México, si se observa que en el mismo periodo del gobierno de Vicente Fox (diciembre del 2000 a septiembre de 2004) salieron sólo 15 mil 141 millones de dólares. El monto del capital que ha huido del país en busca de condiciones más seguras y prometedoras tuvo un incremento del 266 por ciento, según el banco central.


De los 47 millones 131 mil 536 personas que constituyen la Población Económicamente Activa (PEA) según el INEGI, 2.7 millones de personas, mayores de 14 años, que buscaron trabajo remunerado y no lo encontraron, por lo que la tasa de desempleo en octubre pasado fue de 5.7 por ciento. Lo que significa que en los cuatro años del gobierno del “presidente del empleo” el universo de sin trabajo creció 68 por ciento.

Antes de la crisis estallada en 2008 el número de personas sin empleo era de un millón 909 mil 728. En la actualidad según el INEGI hay 741 mil 200 desocupados más. Siendo la cifra de desocupados de 2.7 millones. Con un incremento de 68% en los cuatro años recientes . ¡Esa es una de las grandes hazañas del presidente del empleo!

Es una flagrante mentira afirmar que la crisis se esta superando y que se han creado más ocupaciones, como dice el michoacano hoy empeñado en hereda la destartalada silla presidencial a un panista que le cubra las espaldas después del 2012, si acaso hay elecciones.

Y en cuanto a la guerra calderoniana contra las mafias del narcotráfico, el asesinato del ex gobernador de Colima Silverio Cavazos hace una semana, está sacando a la luz el involucramiento de la clase política priísta y panista en los negocios del narco. Y también los intentos secretos y vergonzantes de Calderón por llegar a acuerdos con los capos de la droga, como lo revela el libro Los señores del narco, de la periodista Anabel Hernández, donde se menciona como uno de los operadores de ese intento al ex secretario de Gobernación y gran amigo de Calderón, Juan Camilo Mouriño, quien murió en sospechoso accidente aéreo hace dos años, y fuera asesorado por uno de los protagonistas de la guerra sucia de los años setenta, el general Mario Arturo Acosta Chaparro, uno de los jefes de la Brigada Blanca, la Dirección Federal de Seguridad y la Coordinación de Seguridad Nacional.

Al margen del discurso triunfalista y demencial de Calderón, lo cierto es que el país hoy se encuentra sufriendo una crisis económica y social y que ninguno de los tres partidos más importantes tiene un programa distinto al neoliberal, a pesar de que en Europa el neoliberalismo a ultranza aplicado por los gobiernos para salvar los bancos, está provocando oleadas incesantes de huelgas obreras y estudiantiles reclamando el cambio de políticas económicas y que bien podrían evolucionar hacia posiciones antisistémicas.

El PRI sigue siendo un enemigo del pueblo, porque bajo el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado impuso el modelo “recomendado” por Estados Unidos a través de sus agencias económicas y lo a seguido apoyando hasta la fecha; el PAN porque el neoliberalismo y la sumisión ante el imperio gringo corresponde a su ideología empresarial de ultraderecha. Y el PRD porque con sus alianzas con el PAN y la política económica que ha impulsado en el DF y las entidades donde gobierna, a perdido su perfil estatista y neo keynesiano.

Por ahora no se contempla en el horizonte una fuerza social y política organizada con capacidad para construir una alternativa que supere el desbarajuste provocado por régimen tripartidista del PAN, PRI y PRD. Habrá que crearla a partir de los gérmenes de organizaciones populares y obreras existentes junto con una conciencia revolucionaria y socialista. Y ello será necesariamente mediante el impulso a la lucha contra el sistema socioeconómico.

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