sábado, junio 04, 2011


FE EN LA VICTORIA

Tomás Oropeza Berumen

Junio 4 del 2011, Zócalo de la Ciudad de México, DF.- Entrevista a Fernanda Deyanira López Álvarez, ex cajera pagadora del Departamento de Tesorería en el edificio Central de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro. Egresada de la licenciatura de Sistemas de la Universidad del Valle de México, tenía un salario de 350 pesos diarios.

Su vida cambió abruptamente hace casi 20 meses, cuando se enteró de que un repentino decreto presidencial extinguía la compañía donde laboraba desde hacía once años, “fue un desconcierto total y luego tuve que resolver el problema de mi subsistencia, como conseguir un ingreso” Fue una situación muy difícil porque intenté encontrar un empleo pero no lo conseguí. Quizá porque pertenecía a Luz y Fuerza del Centro y formaba parte de un sindicato que se ha distinguido por defender a sus integrantes.

Nos narra los cientos de horas dedicadas a buscar trabajo. A pesar de su preparación académica - experta en computación- formada en una universidad privada y buscar afanosamente empleo durante más de un año “no solamente de mi carrera sino de cajera que era lo que hacía en Luz y Fuerza, no encontré. Una vez me atrevía preguntar cuál era la razón de que no me contrataran, si cumplía con todos los requisitos, pero nunca obtuve una explicación satisfactoria”

Hoy en el Zócalo vende aguas frescas, ensaladas de frutas, tostadas y gelatinas junto con decenas de compañeros y compañeras que comercializan todo tipo de mercaderías. Nos explica que venden comidas porque así obtienen un ingreso más rápido y a veces logran ganar hasta mil pesos por día. Le comento que ahora está ganando mejor y sonriendo me dice que tiene ingresos mayores a los salarios que le han ofrecido los empleadores de los lugares donde ha pedido chamba de ochocientos a mil pesos semanales, con horarios mayores a las ocho horas, laborando los sábados y domingos y descansando sólo un día entre semana. Con horarios de once a ocho de la noche.

Hoy vive con sus padres, quienes la apoyan en su resistencia arropándola en el seno familiar. Tres de sus hermanos también laboraban en la compañía, uno de ellos ahora trabaja un taxi a pesar de ser ingeniero egresado del IPN.

-¿Cómo percibe la actitud de la gente ante la prolongada resistencia del Sindicato Mexicano de Electricistas?

-Al principio había mucha renuencia, incluso parecía que muchos se alegraban de que nos hubieran corrido, por tanta mentira que les había dicho la radio, la televisión y la prensa, de que teníamos grandes privilegios, enormes salarios, etc. Pero con el transcurso de los meses y ahora que pueden ver la diferencia del servicio que les ofrece la CFE y los caro de éste, estamos teniendo mucho apoyo de los ciudadanos, porque las cosas no mejoraron como les había dicho el gobierno. Al contrario, han empeorado. Ahora muchos hasta se están negando a pagar los recibos de luz y se han amparado.

-Actualmente hay doce presos políticos del SME y más de mil denuncias contra sindicalistas por las protestas que se han realizado en las sedes de la CFE, se está criminalizando su lucha.

-Sí, todo lo malo que sucede nos lo achacan a nosotros. Nos hostigan constantemente, la policía nos levanta multa a cada rato, nos vigilan desde muy lejos y por ejemplo a mí me multaron la semana pasada por detenerme menos de diez minutos aquí en el Zócalo para bajar mis mercancías del coche. En el documento de la infracción dicen los policías: “No nos acercamos porque dijeron que eran del SME y nos iban a madrear”

El despido le rompió los proyectos de superación profesional y los personales. Fernanda iba a tomar cursos de actualización de su carrera. Quizá poner un negocio. La secretaría del Trabajo y Hacienda ofrecieron un premio económico a los sindicalistas que se liquidaran ¿sabe usted como les ha ido?

-Sí tengo algunas amigas y me cuentan que ahorita están trabajando para CFE, pero no directamente, sino en una empresa subsidiaria y temen que en cualquier momento las vayan a despedir. Dicen que les pagan menos que en la CL y F y que constantemente las cambian de lugar de trabajo, además tienen que hacer de todo, son lo que ahora llaman trabajadoras polivalentes. Tienen sólo media hora para comer y las vigilan todo el tiempo, hasta cuando van al wc. Esta amiga tuvo que aceptar la liquidación porque había comparado un departamento y estaba muy presionada para realizar los pagos. También conozco casos de compañeras que han intentado entrar a la CFE. Han tomado los cursos que les exigen y dicen que hay discriminación y nos culpan a nosotros, que estamos en resistencia por eso.

-¿Han recibido alguna solidaridad del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas (SUTERM), les ha dado algún apoyo?

No, ningún apoyo solidario. Al contrario.

-¿Cómo percibe la situación actual de la lucha que están librando los 16 mil 900 que siguen pugnando por la creación de una empresa que provea de electricidad la centro del país y los re contrate como patrón substituto?

-Es una lucha difícil porque hay momentos en que algunos compañeros caer en el desánimo, llegan a creer que no vamos a ganar nada. Pero yo tengo la fe de que vamos a lograr algo, a lo mejor no todo lo que queremos, pero creo que podremos lograr algo porque no se me hace justo que en un parpadear de ojos el gobierno nos haya despojado de nuestro trabajo, como es el caso de mis hermanos que ya tenían 25 años laborando.

-Me parece –continua Fernanda- que los mexicanos no tenemos un conocimiento amplio de lo que debemos hacer para tener un mayor nivel de vida. Y algunos en su momento hasta se alegraron cuando nos despidieron injustificadamente, porque pensaban que éramos unos privilegiados, en lugar de luchar para que ellos también tuvieran mejores prestaciones y salarios. Ahora mis hermanos están en la lucha, resistiendo y trabajan de taxistas. Ya no consigue empleo porque tienen más de cuarenta años.

-¿Cómo veía al país antes de que Calderón liquidara la empresa?

-Me da vergüenza decirlo, pero no tenía la menor idea de la realidad del país en que vivía, no me imaginaba que hubiera tanta injusticia contra los trabajadores. Tanta corrupción entre los gobernantes. Y creo que actualmente muchos ciudadanos están en la misma ignorancia. A veces nos preguntan que qué estamos haciendo aquí, porque no saben lo que nos pasó. .. a pesar de lo mucho que se ha dicho sobre nuestra lucha, muchos ignoran porqué estamos plantados aquí. Y agrega: A raíz de lo que nos pasó fue que comencé a conocer más de otras luchas sociales. Porque en la universidad privada no se habla nada de las luchas del pueblo mexicano.

-¿Cómo ve la situación del país alguien como usted, que lleva 20 meses luchando por la recuperación de su centro de trabajo, que ha participado en decenas de marchas y mítines y que se enfrenta a un gobierno inflexible y antipopular y que cada día avanza en su proyecto establecer un régimen policiaco-militar?

-La verdad, pésima. Creo que la mayoría de los mexicanos vivimos en una total ignorancia de la realidad política y social del país, de las injusticias que se cometen a diario, de los bajos salarios. De que el gobierno permitan que existan empresas extranjeras que les pagan una miseria a los mexicanos. Creo que la ignorancia es lo que impide que se una el pueblo y luche por un mejor nivel de vida para nosotros y para nuestros hijos.

-Qué se necesita para que se cree la nueva empresa eléctrica que les dé empleo?

-Me parece que es necesario que termine el sexenio de Calderón, porque él no va a aceptar que se equivocó. Y desde luego que también depende de que no siga el PAN en el gobierno.

Para eso tendría que haber elecciones limpias. Y si vemos que los mecanismos que hicieron posible el fraude del 2006 siguen intactos, lo más seguro es que se repita la historia. ¿Acaso si llegara el PRI a la presidencia podría esperarse algún cambio, me pregunto.

-¿Cómo hace Fernanda para mantenerse en pie de lucha, para no rendirse?

-Yo soy muy católica, tengo mucha fe en Dios, cada día le agradezco que me permita tener salud, porque es muy importante para que en cualquier circunstancia pueda seguir luchando. Para poder transmitirle ánimo a mis compañeros. Aunque hay que reconocer que todos en algún momento amanecemos con menos ánimo, cabizbajos y entonces tenemos que apoyarnos mutuamente.
En este año y ocho meses que llevamos hemos podido subsistir. Hemos logrado obtener algo de ingresos económicos y creo que podemos seguir haciéndolo y lograr triunfar en nuestro movimiento al conseguir que se cree la nueva empresa y que nos reincorporen a nuestra labor. Y también al ser un ejemplo de lucha que anime a los demás ciudadanos a que no se rindan a que no desistan en sus luchas contra un gobierno que no respeta los trabajadores. Ojalá y que logremos ser ese ejemplo.

-Pero para vencer ustedes necesitan del apoyo de más organizaciones laborales ¿qué hacen para lograrlo?

-Llevamos a cabo campañas de volanteo, de propaganda y pláticas con los usuarios del servicio eléctrico, con personas que desconocen todo esto, con nuestra familia, con los niños, para que desde ahora vayan teniendo una visión de lo que estamos viviendo en México. Yo he repartido volantes aquí en el Zócalo, en el metro, con mis vecinos, en el tren suburbano, donde por cierto nos han intentado amedrentar los cuerpos de vigilancia.

A este lugar llegan muchos de los que luchan en el país por reivindicaciones gremiales y por la reparación de alguna injusticia –como fue el 8 de mayo y será este domingo en que Andrés López Obrador realizará la enésima concentración, ahora como líder de MORENA.
Hace unos cuantos días llegaron los maestros de Oaxaca con su pliego de demandas laborales y sociales. Igual los profesores de Michoacán.

Cada uno de esos contingentes han instalado sus campamentos y permanecido días y semanas para que los vean desde el Palacio Nacional. Pero muy pocas veces han buscado aproximarse entre sí, establecer un vínculo político, social o personal con sus hermanos explotados de otras empresas o entidades. Cada uno lucha por sus intereses y cuando logra alguna solución se retira de este gigantesco escenario enclavado en el corazón del país con alguna solución transitoria o una promesa que seguramente no se cumplirá.

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